5.- MUERTE NEURONAL

 

MUERTE NEURONAL Y NUEVA DISPOSICIÓN SINÁPTICA

Cuando las neuronas caen Ello supone una serie de repercusiones de gran calado, como el hecho de que célula ya no será capaz de ejercer su función de transmitir la información (con la consiguiente disminución de la eficiencia cerebral o incluso la pérdida de funciones dependiendo de la cantidad, área y funciones de las células muertas).  Sin embargo, no se limita a ello, y es que además la muerte de una neurona puede tener un efecto sobre las células vecinas: supone la existencia de unos restos que, si bien por lo general pueden ser eliminados por el sistema, también pueden llegar a permanecer en él e interferir en el funcionamiento normal del cerebro. El proceso por el que una neurona muere puede variar enormemente en función de sus causas, así como los resultados de dicha muerte. Por lo general se considera que existen dos grandes tipos de muerte neuronal: la producida de manera natural por la propia célula o apoptosis y la producida por lesiones o necrosis.

 

APOPTOSIS

 

Se trata de una muerte celular que es beneficiosa (por lo general) para el organismo y que sirve para desarrollarnos o bien para luchar contra posibles daños y enfermedades (se eliminan las células enfermas o nocivas). Este proceso se caracteriza por requerir energía para producirse, no pudiendo llevarse a cabo en ausencia de ATP (adenosín trifosfato, sustancia de la cual las células obtengan energía). Mueren aquellas neuronas que no establecen sinapsis los suficientemente fuertes dado a que no se les da un uso habitual y permanecen aquellas de uso más frecuente. Ello permite nuestra maduración y el aumento de la eficiencia en el uso de los recursos mentales y la energía disponible. Otro momento en que también se produce apoptosis es durante el envejecimiento, aunque en este caso las consecuencias generan la progresiva pérdida de facultades.

 

 


 

NECROSIS

 

Es aquella muerte neuronal provocada por la influencia de factores externos, generalmente de carácter lesivo. Esta muerte neuronal es en su mayoría perjudicial para el sujeto. No requiere del uso de energía, siendo una muerte neuronal pasiva. La neurona se ve desequilibrado por el daño y pierde el control de su osmosis, rompiéndose la membrana celular y liberándose su contenido. Es habitual estos restos produzcan una reacción inflamatoria que puede generar sintomatología de diversa. La necrosis neuronal puede producirse por múltiples causas. Es común su aparición ante procesos como hipoxia o anoxia, accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos o infecciones.





NUEVA DISPOSICIÓN:

 

Durante el período de muerte celular, las neuronas que han establecido conexiones incorrectas son particularmente propensas a morir. Cuando mueren, el espacio que han dejado vacante en las membranas postsinápticas es ocupado por los terminales axónicos que brotan de las neuronas supervivientes. Por lo que la muerte celular da lugar a una reorganización masiva de las conexiones sinápticas. Esta fase de reorganización sináptica tiende a agrupar el output de cada neurona en una pequeña cantidad de células postsinápticas, aumentando así la selectividad de la transmisión.



Durante todo este proceso la neuroplasticidad permite a las neuronas regenerarse tanto anatómica como funcionalmente y formar nuevas conexiones sinápticas. La plasticidad neuronal representa la facultad del cerebro para recuperarse y reestructurarse. Este potencial adaptativo del sistema nervioso permite al cerebro reponerse a trastornos o lesiones, y puede reducir los efectos de alteraciones estructurales producidas por patologías como la esclerosis múltiple, Parkinson, deterioro cognitivo, enfermedad de Alzheimer, dislexia, TDAH, etc.…




 

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