MUERTE NEURONAL Y NUEVA DISPOSICIÓN SINÁPTICA
Cuando
las neuronas caen Ello supone una serie de repercusiones de gran calado, como
el hecho de que célula ya no será capaz de ejercer su función de transmitir la
información (con la consiguiente disminución de la eficiencia cerebral o
incluso la pérdida de funciones dependiendo de la cantidad, área y funciones de
las células muertas). Sin embargo, no se limita a ello, y es que además
la muerte de una neurona puede tener un efecto sobre las células vecinas:
supone la existencia de unos restos que, si bien por lo general pueden ser
eliminados por el sistema, también pueden llegar a permanecer en él e
interferir en el funcionamiento normal del cerebro. El proceso por el que una
neurona muere puede variar enormemente en función de sus causas, así como los
resultados de dicha muerte. Por lo general se considera que existen dos grandes
tipos de muerte neuronal: la producida de manera natural por la propia célula o
apoptosis y la producida por lesiones o necrosis.
APOPTOSIS
Se
trata de una muerte celular que es beneficiosa (por lo general) para el
organismo y que sirve para desarrollarnos o bien para luchar contra posibles
daños y enfermedades (se eliminan las células enfermas o nocivas). Este proceso
se caracteriza por requerir energía para producirse, no pudiendo llevarse a
cabo en ausencia de ATP (adenosín trifosfato, sustancia de la cual las células
obtengan energía). Mueren aquellas neuronas que no establecen sinapsis
los suficientemente fuertes dado a que no se les da un uso habitual y
permanecen aquellas de uso más frecuente. Ello permite nuestra maduración y el
aumento de la eficiencia en el uso de los recursos mentales y la energía
disponible. Otro momento en que también se produce apoptosis es durante el
envejecimiento, aunque en este caso las consecuencias generan la progresiva
pérdida de facultades.
NECROSIS
Es
aquella muerte neuronal provocada por la influencia de factores externos,
generalmente de carácter lesivo. Esta muerte neuronal es en su mayoría
perjudicial para el sujeto. No requiere del uso de energía, siendo una muerte
neuronal pasiva. La neurona se ve desequilibrado por el daño y pierde el
control de su osmosis, rompiéndose la membrana celular y liberándose su
contenido. Es habitual estos restos produzcan una reacción inflamatoria que
puede generar sintomatología de diversa. La necrosis neuronal puede
producirse por múltiples causas. Es común su aparición ante procesos como
hipoxia o anoxia, accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos
o infecciones.
NUEVA DISPOSICIÓN:
Durante el período de muerte celular, las neuronas que han
establecido conexiones incorrectas son particularmente propensas a morir. Cuando
mueren, el espacio que han dejado vacante en las membranas postsinápticas es ocupado
por los terminales axónicos que brotan de las neuronas supervivientes. Por lo
que la muerte celular da lugar a una reorganización masiva de las conexiones
sinápticas. Esta fase de reorganización sináptica tiende a agrupar el output de
cada neurona en una pequeña cantidad de células postsinápticas, aumentando así
la selectividad de la transmisión.
Durante todo este proceso la neuroplasticidad permite a las
neuronas regenerarse tanto anatómica como funcionalmente y formar nuevas
conexiones sinápticas. La plasticidad neuronal representa la facultad del cerebro
para recuperarse y reestructurarse. Este potencial adaptativo
del sistema nervioso permite al cerebro reponerse a trastornos o lesiones, y
puede reducir los efectos de alteraciones estructurales producidas por
patologías como la esclerosis múltiple, Parkinson, deterioro cognitivo,
enfermedad de Alzheimer, dislexia, TDAH, etc.…
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